Cuando Lady Brenna embarcó rumbo Escocia para casarse con un rico terrateniente no contaba con que unos salvajes guerreros atacarían su barco y la obligarían a casarse con su jefe, Connor MacAllister. Tampoco podía saber que esta boda era solo el comienzo de una terrible venganza que la arrastraría a una sanguinaria guerra entre clanes. Su marido no podría mostrar menos interés por ella. Tan solo desea su vientre y la posibilidad de engendrar un hijo en él. Cuando sea padre, ella quedará libre. Pero Brenna no puede negar que cuando vio por primera vez a MacAllister, diez años atrás, pensó que era el hombre de su vida. Ahora, mientras intenta ganarse el afecto del fiero highlander, Brenna solo puede confiar en su corazón...

El pirata Pagan, capaz de las más grandes atrocidades, es al mismo tiempo un ídolo para los pobres, con quienes comparte los tesoros que roba a los ricos. El marqués de Cainewood promete vengar a su hermano, muerto a manos del malvado pirata. Con el fin de trabar relación con el asesino, comienza a frecuentar las tabernas preferidas por los de su calaña. En uno de esos antros conoce a Jade, una belleza de rizada cabellera y ojos verdes que, acosada por unos asesinos, recurre a él confundiéndolo con Pagan. A partir de entonces, se creará entre ambos una extraña relación, y el marqués sucumbirá a los encantos de la alocada joven, hundiéndose en un abismo de pasiones y desenfreno... Quedaron atrapados en una telaraña de amor y frenesí.

Christina Bennett conquistó enseguida a la mejor sociedad londinense. Sin embargo, guardaba afanosamente el secreto de su misterioso pasado hasta la noche en que Lyon, marqués de Lyonwood, le robó un sensual beso. El arrogante aristócrata con pasiones de pirata saboreó el fuego agazapado bajo el frío encanto de Christina y juró poseerla algún día. Pero la desafiante Christina no iba a ser conquistada fácilmente. Celosa de sus afectos y de su fortuna, se resistía a las sensuales caricias de Lyon. No se atrevía a sucumbir a su amor, porque entonces debería descubrir también su precioso secreto y renunciar a su destino. La pasión le desveló la flor de su secreto.